El miércoles 14 de junio, la Fiscalía Especializada contra la Delincuencia Organizada capturó al gerente de Mueblería La Unión, Gustavo Vásquez, por presuntamente intimidar al magistrado de la Corte Suprema de Justicia de Panamá, Olmedo Arrocha, a través de publicaciones en medios y redes sociales.

Un conflicto de herencia

Vásquez ha estado involucrado en un largo proceso legal relacionado con una disputa de herencia, el cual está bajo la responsabilidad del magistrado Arrocha. El empresario supuestamente buscaba presionar al juez para que fallara a su favor.

El abogado y las grabaciones

El defensor de Vásquez es Janio Lescure, un abogado que ha sido objeto de atención mediática debido a unas grabaciones en las que revela supuestas influencias y prácticas cuestionables en el sistema judicial panameño, según informó FOCO. En las grabaciones, difundidas por un medio español, Lescure menciona que su cliente Gustavo Vásquez es una persona que no solo busca resolver las cosas legalmente, sino que también está dispuesto a pagar para lograr sus objetivos.

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¿Quién es Janio Lescure, el polémico abogado de Gustavo Vásquez?

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Janio Lescure es un abogado panameño, socio del bufete que lleva su apellido y profesor de Historia del Derecho en una universidad privada. Se presenta como representante legal de empresarios y políticos, pero también ofrece servicios menos ajustados a la ley, como pagar a jueces por fallos favorables o conseguir que un prostíbulo ilegal de chicas rusas sólo tenga inspecciones con preaviso.

En 2019, el suplemento Crónica del diario español EL MUNDO publicó una investigación en la que revelaba las prácticas corruptas de Lescure, basándose en unas grabaciones realizadas por un agente de la empresa de inteligencia israelí Black Cube, contratada por una tercera parte para lograr que el abogado revelara la vertiente oculta de su negocio.

La trampa española

Según el reportaje de Crónica, Lescure tiene una relación personal con España, a donde ha viajado en repetidas ocasiones. Pero sus visitas parecen servir también para otras cosas. La escena en la que el letrado dice pagar a los jueces de Panamá “todos los días” tiene lugar en la mesa de un ruidoso restaurante español. Su interlocutor es un hombre trajeado y con acento ruso que se presenta como interesado por sus servicios.

Lo que Lescure no sabe es que el supuesto empresario es un impostor. En realidad, se trata de un agente de Black Cube, que le tiende una trampa para que confiese sus actividades ilícitas. Es un plan sofisticado, que incluye estudiar la psicología del investigado, constituir una empresa a propósito y crear una identidad creíble para el falso magnate ruso.

La fórmula panameña

Ante su potencial cliente, Lescure detalla con normalidad el procedimiento para iniciar un negocio de prostitución ilegal, trasladar a Panamá chicas desde Rusia como turistas y hacerlas pasar por clientes del club nocturno, donde los verdaderos clientes las invitarán a salir previo pago camuflado como consumo de alcohol.

Para que el negocio funcione de manera fluida hacen falta tres niveles de soborno: al municipio, a migraciones y al Ministerio de Trabajo. Lescure explica que él se encarga de hacer los pagos mensuales en efectivo y de conseguir la cobertura de algún ministro o juez amigo.

El amigo del juez

Lescure presume especialmente de uno de sus amigos en Panamá, el juez del Tribunal Supremo Oydén Ortega, con quien dice haber colaborado en múltiples ocasiones. También detalla que defendió a un cliente miembro de una familia de españoles emigrados a Panamá que se peleaban por una cuantiosa herencia. En casos como esos es preferible “pagar el precio”, señala. En esta ocasión el pago habría sido para el juez Ortega.

Lescure asegura que él mismo se encarga de la parte política porque su cliente no era la persona adecuada. Cuando uno va a hablar con los jueces, razona, hay que entrar suavemente. El castellano ibérico, en cambio, es demasiado directo. Exige en lugar de pedir y el problema se agrava en vez de solucionarse. “Obviamente, a la gente no le gusta esa fórmula”. Y si funciona es porque Janio Lescure le habla a los jueces “en las palabras que ellos quieren escuchar”.

La negativa de Lescure

Cuando Crónica llamó a Janio Lescure para preguntarle por su negocio, el abogado panameño rechazó cualquier acusación. Confirmó sus visitas a España, pero aseguró que habían sido de índole puramente personal. A finales de 2018, el magistrado Oydén Ortega se vio envuelto en un caso de presunta venta de fallos judiciales al mejor postor.

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