La Fundación Gorrín es una organización no gubernamental creada por el empresario Raúl Gorrín Belisario, prófugo de la justicia estadounidense por acusaciones de corrupción, lavado de dinero y violación de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero.

Entre las actividades que realiza la fundación se encuentra la donación de lentes a profesores del estado Miranda, una iniciativa que fue promovida por la hija del empresario, María Victoria Gorrín, quien actúa como embajadora en Venezuela de la organización. La joven se ha mostrado como orgullosa hija del abogado, mientras realiza su labor social, sin hacer referencia alguna a los delitos de los que es acusado ni a las sanciones que pesan sobre Raúl Gorrín.

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Sin embargo, esta supuesta labor altruista no puede ocultar la doble moral que caracteriza a Raúl Gorrín y a su fundación. Por un lado, pretenden mostrar una imagen de solidaridad y compromiso con Venezuela, mientras que, por otro lado, Gorrín debe su fortuna a la corrupción.

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Además, Gorrín ha demostrado una falta de respeto y ética al atacar a los hijos de sus críticos, a quienes ha difamado utilizando los medios que dirige. Tales ataques son una clara violación al derecho a la privacidad y a la honra de los hijos de sus adversarios, quienes tienen los mismos derechos que la propia hija del empresario.

Por lo tanto, es necesario cuestionar la legitimidad y la transparencia de la Fundación Gorrín, así como el papel que juega María Victoria Gorrín como embajadora en Venezuela de la ONG. ¿Es realmente una labor social desinteresada o es una estrategia para lavar la imagen de su padre y evadir la justicia? ¿Qué opinión tiene María Victoria Gorrín sobre los delitos de los que es acusado su padre y sobre los ataques que ha lanzado el mismo contra los hijos de sus críticos? ¿No le parece una contradicción participar en actividades benéficas mientras su padre se ha enriquecido ilícitamente a costa del sufrimiento del pueblo venezolano?

Esas son algunas preguntas que deberían responder María Victoria Gorrín y la fundación creada por su padre, si es que quieren ser coherentes con su supuesto objetivo de contribuir al desarrollo social y humano de Venezuela.

Vale la pena recordar los orígenes de Raúl Gorrín y cómo creó la fortuna mal habida de la que ahora disfruta.

Los orígenes y la conspiración

El empresario venezolano Raúl Gorrín Belisario, presidente de Globovisión y de Seguros La Vitalicia, posee 24 propiedades en Estados Unidos, distribuidas entre Florida y Nueva York. En Miami tiene 17 inmuebles, incluyendo una lujosa mansión con puerto privado en Coral Gables. En Nueva York tiene siete apartamentos, tres de ellos en el mismo edificio de la calle 53.

Gorrín Belisario está acusado por la justicia estadounidense de violar la Ley de Prácticas de Corrupción en el Extranjero, de conspirar para lavar dinero y de lavar dinero. El 19 de noviembre de 2018 se ordenó la confiscación de sus bienes en ese país, valorados en unos 77 millones de dólares. Según el expediente judicial, Gorrín Belisario realizó transferencias millonarias desde una cuenta en Suiza a una cuenta en Florida para comprar un yate. El beneficiario era un conspirador vinculado a un alto funcionario de la Oficina Nacional de Tesoro (ONT) de Venezuela, entre 2011 y 2013.

El presidente de Globovisión, Raúl Gorrín Belisario, enfrenta una posible condena de 45 años de prisión en Estados Unidos por delitos de corrupción y lavado de dinero. El empresario venezolano tiene 24 propiedades en ese país, que fueron confiscadas por la justicia estadounidense el 19 de noviembre de 2018.

Gorrín Belisario está acusado de participar en un esquema fraudulento de sobornos a funcionarios venezolanos para obtener beneficios en el mercado cambiario. Entre los involucrados se encuentran Alejandro Andrade, extesorero nacional y exguardaespaldas de Hugo Chávez, y Claudia Díaz, exenfermera y extesorera del fallecido presidente. Según el expediente judicial, Gorrín Belisario envió millones de dólares desde Suiza a Florida para comprar un yate a un conspirador relacionado con la Oficina Nacional de Tesoro (ONT).

Este no es el único escándalo que salpica al dueño de Globovisión y Seguros La Vitalicia. También está implicado en un desfalco de 1.200 millones de dólares a Petróleos de Venezuela (Pdvsa), junto con otros acusados, según un documento que señala la participación de nueve conspiradores y tres funcionarios de la estatal en la operación “Money Flight”. Mientras tanto, en su canal de televisión reina el silencio sobre su caso.

El documento judicial identifica al Conspirador 7 como un billonario boliburgués dueño de una red de televisión en Venezuela, que coincide con el perfil de Gorrín. Según el documento, el Conspirador 7 obtuvo 68,2 millones de euros que transfirió a Malta y Austria con la ayuda del asesor financiero Matthias Krull, quien fue sentenciado a 10 años de prisión por lavar 1.200 millones de dólares.

El texto también revela la confesión de una fuente confidencial que grabó una conversación entre Krull y el Conspirador 7 sobre el depósito de 600 millones de dólares en Gazprombank, un banco relacionado con Leopoldo Betancourt López, socios de Derwick Associates, una empresa acusada de corrupción en el sector eléctrico.

Medios han confirmado que Gorrín era el Conspirador 7, y que las empresas Rantor Capital y Eaton Global Services, que usó para las operaciones, son de su propiedad. Gorrín negó las acusaciones y dijo que no sabía dónde estaban los 600 millones de dólares.

La Fiscalía de Estados Unidos acusó al empresario de participar en un esquema de lavado de dinero. Su abogado Howard Srebnick le dijo al periódico estadounidense El Nuevo Herald que su cliente no tenía nada que ver con ese caso.

Por otro lado, la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional de Venezuela obtuvo a mediados de 2020 datos de las enormes transacciones que implican a los señalados en el expediente de la Fiscalía de Estados Unidos. Una fuente anónima le entregó a la comisión un conjunto de denuncias sobre personas “muy poderosas” en territorio venezolano. Una fuente parlamentaria informó que, casi al mismo tiempo que el escándalo de los 1.200 millones de dólares, la comisión inició investigaciones a varios funcionarios y empresarios venezolanos, entre ellos Gorrín.

Según la fuente de la comisión parlamentaria, una de las denuncias se refiere al empresario con operaciones en dólares que habría realizado Gorrín en varias ocasiones a entidades bancarias en Suiza, Hong Kong, Panamá y Venezuela, entre 2011 y 2014.

El abogado Srebnick afirmó que su cliente no estaba implicado en el caso multimillonario que reveló la Fiscalía de Estados Unidos, al igual que Gorrín negó ser “testaferro de nadie” en una entrevista a la revista Producto, realizada en octubre de 2016. Entonces, aseguró que su fortuna la hizo en la bolsa, cuando adquirió la mitad de las acciones de la casa de valores Interbursa y se asoció con Juan Domingo Cordero. “Ganábamos mucho dinero. En Venezuela se transaban 500 millones de dólares semanales y en Interbursa aprovechábamos esa bonanza”, dijo a Producto.

Pero Gorrín nunca tuvo formación comercial, ni bienes de valor o riquezas. El caraqueño nació en el barrio Buenos Aires de Puente Hierro, el 22 de noviembre de 1968. Su padre era inspector de salud pública y su madre enfermera. De acuerdo con un especial titulado “Propietarios de la censura” y publicado por el Instituto de Prensa y Sociedad (Ipys) en alianza con Poderopedia y Armando.Info, amigos de su infancia recuerdan a Raúl Antonio de la Santísima Trinidad Gorrín Belisario como el muchacho al que tenían que darle empanadas para que desayunara.

Vivió en la capital hasta los 12 años, cuando su familia se mudó a San Antonio de los Altos, donde comenzó una vida “clase media, con apartamento propio, pagado a crédito”, tal como lo indicó en la entrevista a Producto. Pero la muerte de su padre dos años después cambió el panorama: hipotecaron su vivienda y “la vida se le volvió muy difícil, pero eso fue lo que le formó carácter”, según sus declaraciones.

Después de terminar el bachillerato en el liceo Luis Eduardo Egui Arocha, quiso estudiar Ingeniería Aeronáutica en el Instituto Universitario de las Fuerzas Armadas (Iufan), pero los estudios eran “muy costosos”, según se indica en el sitio web raulgorrin.net que recoge partes de su biografía.

Con el apoyo de quien hoy es su suegra, la abogada Hortensia Rosales de Perdomo, ingresó por propedéutico en la Universidad Santa María (USM) y se tituló como abogado.

Su vínculo con los Perdomo lo acercó a Álvaro Gorrín Ramos, con quien tiene el mismo apellido, pero no son familiares y a quien representó en el caso Microstar.

El 14 de marzo de 2006, Gorrín Ramos fue señalado como uno de los involucrados en el caso de la empresa Microstar del banquero Eligio Cedeño, quien fue acusado de contrabando y evasión fiscal.

Gorrín Ramos era el presidente del Banco Canarias de Venezuela, al que se le acusó de solicitar créditos a Microstar de 2.000 millones de bolívares en octubre de 2003 ante la desaparecida Comisión Nacional de Administración de Divisas (Cadivi) con planillas falsas. Por eso, al banquero se le imputó asociación para delinquir y apropiación indebida de fondos de sus clientes.

Raúl Gorrín compartió la defensa del caso Microstar con el también abogado Mariano Díaz Ramírez, quien figura en los expedientes del caso sobre el homicidio del fiscal Danilo Anderson y, además, aparece como uno de los miembros de la llamada “banda de los enanos”, según investigaciones periodística. Ese caso fue su salto al mundo bursátil. “Algún día, voy a tener un banco o una compañía de seguros”, se dijo a sí mismo cuando litigaba, confesó a Producto.

Logró su sueño con la compra parcial de la casa de bolsas Interbursa International, registrada desde el 17 de junio de 1999 en Miami, Florida, Estados Unidos, aunque operaba en Venezuela. Participaba en el Sistema Alternativo de Divisas II (Sicad II) en abril de 2014 y en el Sistema Marginal de Divisas (Simadi) en marzo de 2015. La empresa fue acusada de tener altos niveles de endeudamiento y fue objeto de dos allanamientos (2009 y 2010).

Gustavo Perdomo sigue apareciendo como el presidente y vicepresidente de Interbursa, a pesar de que la empresa está inoperante. Perdomo es cuñado y socio de Gorrín, quien está casado con su hermana María Alexandra Perdomo. Se cree que el capital que movilizaba las operaciones de la casa de bolsa provenían del economista Juan Domingo Cordero, dueño del banco de Barinas y fue imputado por delitos contra el patrimonio público, motivo por el que salió del país.

Raúl Gorrín y Gustavo Perdomo

Gorrín admite a Cordero como otro de sus socios en la entrevista concedida a Producto, e incluso dice que todo lo que tiene actualmente se lo debe a Interbursa y las enseñanzas de Cordero. La adquisición de Seguros La Vitalicia, aseguradora que hoy dirige Gorrín, surgió de una charla con él. En 2008, la compañía –con apenas 0,13% de participación de mercado asegurador– pasó a manos del grupo financiero conformado por Gorrín, Cordero y Perdomo después de siete años de fundada.

Desde abril de 2011, Seguros La Vitalicia figura en el registro de Miami, Florida, Estados Unidos, con Gorrín como su presidente y Perdomo como parte de la directiva, sin cargo específico. La compañía registrada se mantiene inactiva hasta la fecha, según OpenCorporates.

Seguros La Vitalicia, Globovisión, Corpomedios LLC e Inversora Conivenca son algunas de las empresas que dirigen conjuntamente Gorrín y Perdomo, según el registro de Estados Unidos. Estas sociedades tienen como domicilio diferentes áreas de Miami, en Florida. Asimismo, el empresario y su esposa María Alexandra lideran el Rim Group Investments, que tiene cuatro registros con variaciones en números romanos, también en Miami.

Gorrín, que todavía aparece como elector de Los Salias, en San Antonio de los Altos, en el registro electoral del Consejo Nacional Electoral, tiene 19 empresas registradas en Estados Unidos. Seis de ellas están ubicadas en Coral Gables y las demás en Miami. Globovisión tiene dos registros, con dos direcciones y fechas de fundación diferentes –Flagler St. y Brickell, 2 de julio de 2013 y 4 de febrero de 2016, respectivamente–. De todas ellas, 13 están inactivas, según OpenCorporates.

El Pitazo supo que en los últimos diez años, el propietario de Globovisión aumentó la frecuencia de vuelos a territorio estadounidense, especialmente a Florida, según su registro de movimientos migratorios del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime). Mientras que en 2010 Gorrín viajó a Estados Unidos cuatro veces, en 2017 lo hizo desde Maiquetía 12 veces por vuelos privados, principalmente a Miami. Su último vuelo internacional ocurrió cinco días después de que se conociera la demanda presentada en una Corte de Miami por el lavado de dinero de Pdvsa.

El empresario de 49 años posee una casa en Coral Gables –un área exclusiva de Miami– con vista a la bahía, entre los 24 bienes que reveló la justicia de Estados Unidos. Según la revista Producto, el empresario guarda en su interior obras de Carlos Cruz-Diez y Fernando Botero, además de un yate anclado en un pequeño puerto y al menos un Maserati y un Ferrari en su cochera. De acuerdo con El Nuevo Herald, la residencia situada en 144 Isla Dorada Blvd tiene un valor estimado de 4,4 millones de dólares.

A pesar de la mansión y las empresas que tiene inscritas en el sur de Florida, la Comisión de Miami declaró a Gorrín como persona “non grata” en mayo de 2014, junto con Perdomo y Cordero. El comisionado Francis Suárez afirmó entonces que era una medida de apoyo a los ciudadanos de Venezuela.

El mismo grupo financiero que adquirió Seguros La Vitalicia se quedó con un referente opositor dentro de los medios de comunicación en momentos de turbulencia política. Globovisión pasó a manos de Gorrín, Cordero y Perdomo en 2013, después del triunfo electoral del 14 de abril donde el actual gobernante Nicolás Maduro ganó la Presidencia frente al exgobernador Henrique Capriles.

“El día que compres un medio de comunicación más nunca se meterán contigo” fue el consejo que le dio un asesor a Gorrín antes de tener a Globovisión en el radar, tal como confiesa en una entrevista a Producto. La frase desencadenó una búsqueda que empezó con El Universal y que acabó con el canal que dirigía Guillermo Zuloaga que, por su línea crítica al gobierno de Chávez, había sido objeto de ataques de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel).

El 13 de mayo de 2013 se concretó la venta y Zuloaga lo comunicó a sus empleados mediante una carta, en la que explicaba el motivo por el que vendió: estaban “perseguidos por las instituciones del Estado” y la empresa se volvió insostenible económica, jurídica y políticamente, con el vencimiento de la concesión en 2015 como un problema.

“Él llega y nadie se entera de que llega. Es un tipo que no se relaciona con la gente, que no se ocupa de sus trabajadores. Los empleados no le tienen ni miedo ni respeto. Es sumisión, quizás. Es ‘no hablamos porque puede estar por ahí’”, reveló una fuente bajo condición de anonimato, aunque ya no trabaja en el canal.

El canal le dio espacio a voceros del Gobierno, mientras silenciaba a periodistas y eliminaba programas de la parrilla de programación.

La coordinadora nacional de Vente Venezuela, María Corina Machado, tiene prohibido hasta entrar en las instalaciones. Pero no toda la oposición está vetada en el canal 11 como lo está casi toda la militancia de Primero Justicia y Voluntad Popular. “Henry Ramos Allup y José Gregorio Correa –ambos parlamentarios de la oposición, el primero por Acción Democrática y el segundo por Primero Justicia– tienen muy buena relación con ellos –en referencia a la directiva–. Todo lo que ellos digan va a salir”, apuntó una fuente al medio El Pitazo.

Además de presentarse como un mediador, Gorrín se define como un empresario “humanista y global”. La Fundación Gorrín es su carta de presentación para ello. Con fondos de Seguros La Vitalicia, la iniciativa abarca programas como “Para que los niños vean un futuro mejor” y “Una carrera por el futuro”, a través de los cuales ayuda a niños y docentes en escuelas de Caracas. Sus actividades son “sorpresa”, aunque forman parte de un “plan macro”, como ha declarado el mismo abogado en julio de 2018, en una actividad de la Fundación Gorrín que tuvo lugar en Petare, Caracas.

Los donativos siguieron en 2018. El alcalde Elías Sayegh declaró en abril de 2020 a Globovisión que era “la primera fase” de la recién conformada alianza con el sector privado en beneficio del municipio. 55 niños hatillanos obtuvieron lentes de la Fundación Gorrín. Tres meses después, Gorrín agradeció al empresario y el exministro de Economía Comunal y Turismo, Pedro Morejón, por “promover la felicidad” a más de 200 niños de la barriada caraqueña, en julio de 2018, con un evento con colchones inflables y globos.

El empresario humanista, que viajaba al menos una vez al año a Estados Unidos, hoy es prófugo de la justicia estadounidense, por eso parece que se acabaron las posibilidades de mediar con las autoridades norteamericanas incluso hasta por su propio destino.

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