La selva del Darién se convierte en escenario de una crisis migratoria y diplomática entre Colombia y Panamá

La selva del Darién es una región de difícil acceso que une a Panamá y Colombia. Por allí transitan miles de migrantes cada año, buscando llegar a otros destinos en América del Norte o Central. Sin embargo, esta situación ha generado una crisis humanitaria y diplomática entre los dos países, que tienen visiones diferentes sobre cómo manejar el fenómeno migratorio.

¿Por qué migran por el Darién?

Los migrantes que cruzan el Darién provienen de diversos países, principalmente de Suramérica, África, Asia y el Caribe. Algunos huyen de conflictos, violencia o persecución, mientras que otros buscan mejores oportunidades económicas o sociales. La mayoría tiene como objetivo final llegar a Estados Unidos o Canadá, pero también hay quienes se quedan en países como México o Costa Rica.

El Darién es una de las pocas rutas terrestres que conectan a Suramérica con el resto del continente. Sin embargo, es una zona de alto riesgo, debido a la presencia de grupos armados, narcotraficantes, traficantes de personas y enfermedades tropicales. Además, los migrantes deben enfrentar condiciones climáticas extremas, escasez de alimentos y agua, y la hostilidad de algunas comunidades locales.

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¿Qué propone Panamá?

Ante el incremento del flujo migratorio irregular por el Darién, que ha superado las 307 mil personas este año, Panamá ha expresado su preocupación por el impacto que esto genera en su seguridad, salud y medio ambiente. El ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, ha planteado la posibilidad de tomar medidas «más contundentes» para controlar la entrada de migrantes por el Darién.

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Entre estas medidas se encuentra el cierre de la frontera con Colombia, una opción que se discutirá en un consejo de gabinete presidido por el presidente Laurentino Cortizo. El ministro Pino sostiene que los países del sur no han abordado adecuadamente el problema, y que Panamá no puede seguir siendo un país de tránsito para los migrantes.

¿Qué responde Colombia?

Colombia, por su parte, se opone a la idea de cerrar la frontera con Panamá, y considera que esta medida es inviable desde un punto de vista logístico y humano. El director de Migración Colombia, Carlos Fernando García, argumenta que no hay razones para cerrar la frontera, ya que la libre movilidad es un derecho fundamental de los migrantes.

García también señala que militarizar la frontera no es práctico en términos humanos, ya que implicaría poner en riesgo la vida de los migrantes y las comunidades indígenas que habitan en la zona. Además, advierte que cerrar la frontera solo llevaría a que los migrantes busquen rutas más peligrosas y costosas para cruzar el Darién.

¿Qué dicen los expertos?

Expertos en temas migratorios coinciden en que cerrar la frontera y militarizarla no resolverá el problema migratorio, y podría generar una crisis humanitaria en las comunidades fronterizas. Gracy Pelacani, profesora de Derecho de la Universidad de los Andes, argumenta que los fenómenos migratorios deben gestionarse en lugar de controlarse, según Panamá en Directo.

Pelacani sugiere que Panamá y Colombia deben trabajar juntos en soluciones compartidas y considerar el bienestar de los migrantes en sus políticas. El enfoque debe ir más allá de ser países de tránsito y buscar maneras de integrar a los migrantes en las comunidades donde se encuentran.

¿Qué se está haciendo?

A pesar de la tensión actual, Colombia se compromete a proteger los derechos de los migrantes. El director de Migración Colombia anuncia el lanzamiento próximo de un Plan Integral de Atención y Acompañamiento al Darién. Este plan busca brindar asistencia humanitaria, orientación jurídica y apoyo psicosocial a los migrantes que cruzan el Darién.

Asimismo, Colombia y Panamá mantienen canales de comunicación y coordinación para abordar esta crisis de manera efectiva. Ambos países han acordado establecer un mecanismo de registro biométrico de los migrantes, así como facilitar su traslado a otros países de destino. En última instancia, la crisis migratoria en el Darién resalta la necesidad de enfoques colaborativos y humanitarios para abordar los desafíos que presenta la migración en la región.

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