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Pueblos de Panamá y Colombia comparten una misma inquietud sobre el verdadero estado de salud de sus respectivos presidentes

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Desde la etapa de confinamiento en el país, a consecuencia de la pandemia de Covid-19, en Panamá era un secreto a voces la enfermedad que el propio presidente Laurentino Cortizo confirmaría luego, en 2022, que padece.

A mediados de 2022, el presidente panameño reconoció que se había visto aquejado por un síndrome mielodisplásico, un tipo de cáncer en la sangre, enfermedad que todavía se teme pudiera impedirle culminar su mandato. No obstante, los portavoces del mandatario panameño han intentado restar gravedad a la situación, asegurando que no se trata de una enfermedad altamente letal, sino más bien controlable y que su condición de salud le permite continuar sus actividades con normalidad. Sin embargo, la enfermedad obligó al mandatario a someterse a distintas evaluaciones médicas en Houston.

En un país de importancia geoestratégica global como Panamá, el tema de la salud del presidente tiene especial repercusión nacional e internacional. Muy a pesar del intento de sus portavoces de calmar a la ciudadanía y evitar se genere un clima de incertidumbre, muchos creen que la condición de salud de Cortizo es bastante más delicada de lo que ha tratado de mostrarse de puertas afuera. Acostumbrados a la censura del Gobierno sobre temas políticos de relevancia, no pocos coinciden en que, el de la salud presidencial no es la excepción.

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En otro país, con un alto impacto en toda la política hispanoamericana, como Colombia, la situación en torno a la condición de salud de su presidente no es muy distinta.

Desde antes de ser candidato a la presidencia de Colombia, se sabe que el presidente colombiano Gustavo Petro ha padecido de cáncer. En el año 2019 el hoy jefe de Estado colombiano viajó a Cuba para recibir tratamiento por el cáncer de esófago que lo aquejaba. Ahora se asegura, siempre de manera extraoficial, que las complicaciones de su enfermedad continúan latentes y que a eso y a otros quebrantos se debe que el mandatario colombiano permanezca alejado de la vida pública ocasionalmente.

Algunas teorías sugieren que la enfermedad del presidente colombiano pudiera estar bien avanzada y que no se le ha dicho al pueblo de Colombia la situación real sobre la salud de Petro. Por el contrario, desde la Casa de Nariño se da a entender siempre que el presidente está lo suficientemente sano para llevar a cabo sus actividades con normalidad y en uso de sus facultades. Sin embargo, según las teorías antes citadas, no se le ha hablado claro al pueblo colombiano, pues la salud del presidente Petro estaría mucho más desmejorada de lo que su equipo político ha querido hacer ver. Se piensa que un factor como el estrés, al que continuamente se encuentra sometido el jefe de Estado colombiano, pudiera terminar por empeorar y agudizar mucho más su enfermedad en un futuro próximo.

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