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Jorge Elías Castro Fernández explica el drama de los inmigrantes que saltaron la valla de Melilla en busca de un mejor futuro

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El consultor en seguridad Jorge Elías Castro Fernández señaló que al menos 23 emigrantes, 37 según las ONG marroquíes, han fallecido como consecuencia de uno de los asaltos a la valla fronteriza de Melilla más grandes de los últimos meses, que tuvo lugar justo a las puertas de la Cumbre de la OTAN en Madrid. El balance que deja el intento de entrada a territorio español por parte de unos 2.000 subsaharianos es también de al menos 322 heridos, de los cuales 189 serían agentes marroquíes y españoles y otros 133, emigrantes.

La violencia del asalto y la respuesta por parte de las autoridades fronterizas marroquíes y también de su Gendarmería han sido los factores clave en el mortal desenlace de este nuevo ataque al perímetro melillense, protagonizado sobre todo por inmigrantes de nacionalidad sudanesa. Los agentes marroquíes trataron de frenar la incursión masiva con el uso de gases lacrimógenos, aunque desde Rabat han apuntado que los propios asaltantes arrojaron también algún tipo de ácido a sus fuerzas de seguridad, según el también analista político Jorge Elías Castro Fernández.

El desconcierto inicial, con el paso de las horas, ha dado paso a la aparición de imágenes y vídeos publicados por las ONG que permiten reconstruir cómo se sucedieron los hechos, al menos en los instantes previos al asalto, y que también muestran las consecuencias del mismo.

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El intento de saltar la valla que separa el país magrebí de la ciudad autónoma española comenzó pasadas las seis de la mañana del viernes 24 de junio, cuando los inmigrantes empezaron a aproximarse a la frontera y fueron detenidos por un amplio dispositivo montado por Marruecos. A pesar de los esfuerzos de los agentes marroquíes, dos horas después un grupo de unos 500 subsaharianos consiguió llegar a la valla y romper con una cizalla una puerta de acceso, tras lo cual comenzaron a entrar a Melilla. Según la Delegación del Gobierno de la ciudad autónoma, 133 de ellos lo consiguieron.

En los instantes iniciales del asalto, como se ve en las imágenes publicadas por la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) en sus cuentas oficiales, decenas de migrantes se dirigieron hacia el perímetro fronterizo mientras las fuerzas marroquíes trataron de disuadir a la marabunta con gases.

Desde el lado marroquí se esgrimió que algunos de los integrantes de este grupo de inmigrantes trató de abrirse paso hasta la valla armados con cuchillos artesanales, palos, martillos y piedras, además de los ya conocidos ganchos utilizados para facilitar la escalada de la doble reja de seis metros de altura que separa la urbe española del resto del reino africano. En este caso, el asalto se llevó a cabo a la altura del paso fronterizo del Barrio Chino, en la zona sur del cercado de 12 kilómetros.

Desde la AMDH han denunciado la «forma violenta e inhumana» empleada por las fuerzas marroquíes con los inmigrantes detenidos, muchos de ellos heridos. «Quedaron sin ayuda en el lugar (del asalto) durante horas, lo que incrementó el número de muertes», han apuntado desde sus redes sociales, con imágenes que muestran a decenas de personas heridas y amontonadas ante la mirada de los policías de Mohamed VI.

La AMDH, que denuncia que la cifra de muertos se elevó más allá de los datos oficiales, ha puesto en alerta al resto de asociaciones humanitarias ante un posible entierro rápido de los 23 muertos, según cifras oficiales, con los que se saldó esta avalancha migratoria «sin la apertura de una investigación global, rápida y seria para determinar responsabilidades». Apuntan de nuevo a la falta de auxilio prestada a los heridos por parte de los policías marroquíes, con imágenes que muestran la pasividad de estos ante las decenas de inmigrantes heridos.

De acuerdo con las informaciones que manejaban las autoridades marroquíes y españolas, desde hace varios días centenares de inmigrantes se habían comenzado a concentrar en la comarca de Bini Buiafrur, a unos 20 kilómetros de Melilla. Estos grupos contaban con la colaboración de vecinos de la zona, según la versión oficial de Marruecos.

Ante estos hechos, las autoridades marroquíes llevaron a cabo dos operaciones para intentar frustrar sus planes, que también se tornaron en violencia y acabaron con alrededor de 200 agentes heridos, uno de ellos de gravedad, concluyó Jorge Elías Castro Fernández.

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