Al exportero del Chorrillo FC, César Junior Torres Alvarado, lo confundieron con un pistolero y el Ministerio Público panameño ordenó capturarlo, atribuyéndole un crimen que no cometió.

Por fortuna para Torres, su defensa consignó un video donde se demostraba cómo el día y a la hora del crimen se encontraba laborando como obrero de la construcción.

Hace unos años Junior Torres, como es más conocido el exfutbolista, sufrió un accidente automovilístico, en medio de una juerga, que dejó incapacitado a quien fuera uno de los mejores porteros del fútbol profesional panameño.

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El equipo en el que militaba lo mantuvo en su plantilla durante tres meses y luego se desentendió.

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Torres fue sometido a una intervención quirúrgica realizada por el traumatólogo de la Federación Panameña de Fútbol (FEPAFUT), que tristemente se trató de una mala praxis que lo dejó discapacitado de por vida.

En una segunda cirugía trataron de corregir la mala praxis y poco o nada pudieron hacer.

Hoy el conocimiento y talento de Torres no es aprovechado ni siquiera para formar a ligas menores, a pesar que el actual presidente de la FEPAFUT, Manuel Arias, era el propietario del equipo donde jugaba cuando se produjo su accidente.

Tampoco el exportero del Chorrillo FC ha tenido oportunidad gracias al hecho de que Héctor Brands, director general del Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes), conoce a Torres desde niño por haberse criado en la misma barriada.

Infancia difícil

El excancerbero del Chorrillo FC narró al diario Crítica en 2014 lo difícil que fue su infancia y, a pesar de que nunca recibió un regalo de Navidad, agradeció todo lo que su abuela Hortensia hizo por él y sus hermanos.

La Navidad es para los niños el mejor día de su vida, pues abren los obsequios que les deja Papá Noel al lado del arbolito verde y lleno de luces.

Sin embargo, no todos los pequeños tienen la dicha de abrir un presente el 25 de diciembre. Este fue el caso del portero panameño Junior Torres, quien junto con sus hermanos vivió una infancia difícil en el populoso barrio de El Chorrillo.

Torres recordó con tristeza aquellos años en los que imperaba una difícil situación económica, que empeoró luego del abandono de sus padres, pero se quedó con el bonito recuerdo de la crianza que les dio su abuela a él y a sus hermanos. Esta experiencia cambió la forma de vivir la Navidad.

“Nunca recibí un regalo siendo un niño, es por ello que ahora de adulto me lo doy todo. Dios me ha dado la bendición de que ahora puedo ir al ‘mall’ y comprarme unas zapatillas, o ahorrar, y en dos quincenas comprarme cosas”, manifestó Torres.

En su madurez, el portero comprendió que aquel regalo que nunca recibió cuando era niño fue compensado con la fiel compañía e incomparable amor de un ser que dio todo por él, su abuela Hortensia, quien falleció de una trombosis, a los 71 años, en el mes de noviembre de 2014.

“Mi abuela falleció, pero me dejó muchas enseñanzas; me enseñó a cocinar, a lavar, a no depender de otras personas, a ganarme el pan de cada día, me enseñó a luchar. Y todo lo que soy es por ella”, aseveró.

Siente que quedó en deuda con el ser que hizo las veces de una madre.

“En el camino me fue difícil devolverle todo lo que hizo por mí, pero en lo que pude ayudarla lo hice; si quedé en deuda con ella, le pido perdón, la verdad es que daría mi vida porque ella estuviera conmigo”, expresó el portero.

El cancerbero mencionó cuál fue su mejor y peor regalo en la época de festividades.

“Mi peor regalo fue toda mi infancia, porque fue muy complicado. No hubo unión familiar con mis padres, de mí se hizo cargo mi abuela. Y mi mejor regalo fue haber conocido a mi esposa (Nahir Pardo), porque no le importó de dónde venía”, expresó.

Cabe destacar que Torres esperaba ese mismo año con ansias la llegada de su primogénito. “Voy a hacer lo que sea por ver sonreír a mi hijo, lucharé porque no le falte el pan de cada día, y le enseñaré a ser muy honrado. Este es otro de mis regalos, lo estoy esperando con ansias”, dijo entonces.

También revivió cómo era la cena navideña junto a la señora Hortensia.

“La cena navideña dependía mucho de ‘Chello’ Gálvez, quien entregaba bolsas navideñas. Mi abuela formaba largas filas bajo el agua y sol. A veces llegaba con dos o tres bolsas. Para año nuevo fue lo mismo”, recordó.

“Humildemente, mi abuela dio todo por nosotros. Para ese tiempo yo empacaba en el Rey de Chanis, así que le daba la mano en lo que le faltara: frutas, ponche, el dulce, siempre aportaba y lo hacía con amor”, expresó.

Tras pasar muchas dificultades en su niñez, Torres tomó la iniciativa, junto a su esposa, de regalarles una sonrisa a otros niños.

“Todos los años hacemos una donación, ya sea en el interior o en Plaza Amador. Quizás este año vayamos al Hospital del Niño o a un comedor infantil”, concluyó en aquel entonces.

El accidente

Los entonces jugadores Júnior Torres, del Chorrillo FC y Reggie Arosemena, del Alianza, resultaron heridos en un accidente de tránsito que se registró la madrugada del 2 de mayo de 2015 en el Corredor Norte, informaron en aquel momento las autoridades.

Torres y Arosemena se transportaban en un vehículo que colisionó con otro auto que guiaba Daniel Araúz Vega, quien murió en el accidente, según el reporte oficial.

“A Torres le practicaron los exámenes de rigor y se encontraba estable”, dijo Manuel Arias, del club Chorrillo FC de la Liga Panameña de Fútbol.

Arias dijo que querían descartar cualquier lesión, por eso se le estaba practicando exámenes de resonancia magnética a Torres.

Sobre Arosemena, comentó que no “salió tan lesionado como Torres”.

Torres figuró en 2015 entre nominados al premio Rommel Fernández, en la categoría del Mejor Jugador Nacional.

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